Revisando algunos mitos sobre la meditación

Prácticamente todos sabemos de los beneficios de la meditación y también conocemos algunos de los mitos que hay en torno a ella, mitos que dificultan el inicio en la práctica meditativa, un aprendizaje adecuado y la entrega a la misma.

Para mí uno de los objetivos de la meditación es el disfrute, además de lograr serenidad y la búsqueda de conexión interior. Para que podamos disfrutar de la meditación es necesario desterrar algunos de los mitos que entorpecen su práctica.

Meditar requiere esfuerzo

Meditar es mucho más sencillo de lo que parece. Para meditar sólo necesitamos centrar nuestra atención en una imagen, nuestra respiración, un sentimiento, un objeto, una música, una reflexión, etc. Meditar no requiere esfuerzo, tal como se cree, y se parece más a descansar que a estar concentrado y activo.

Poner la mente en blanco

Nada más lejos de la realidad, nuestra mente se encuentra continuamente pensado por lo que intentar dejarla en blanco genera más incomodidad y tensión que otra cosa. Con la práctica podemos tener breves espacios de mayor tranquilidad interna pero dejar de pensar no es un objetivo si se quiere disfrutar y obtener beneficios de la meditación.

Durante la meditación los pensamientos van y vienen y es bueno que así sea. Si pretendes no tener pensamientos  incómodos durante la meditación no vas por buen camino porque inevitablemente aparecen al meditar. Todo lo que hay que hacer es observar dichos pensamientos mentalmente para después continuar con la conciencia puesta en nuestro objeto de meditación, el que hayamos elegido. Y así cada vez que aparezca un pensamiento incómodo. La clave es aceptar cada uno de los pensamientos, los buenos y los no tan buenos, intentando no “engancharnos”  a ellos.

Sólo se puede meditar sentado y con las piernas cruzadas

Todo lo que necesitas para meditar es ponerte lo más cómodo posible por lo que puedes sentarte en una silla, un sillón, en el suelo, tumbarte. No necesitas hacer posturas imposibles, lo importante es que busques la postura en la que más cómodo te encuentres y en la que tu cuerpo no tenga tensiones innecesarias.

Sólo se puede meditar en donde hay silencio

Es otro mito porque, de hecho, uno puede meditar en cualquier sitio, incluso en medio de una gran multitud. Estar en silencio facilita la meditación y el encuentro con nosotros mismos y nos ayudar a centrarnos pero no es imprescindible si queremos meditar.

Hay que meditar con música tranquila, con velas, con incienso, etc.

Aquí nos volvemos a encontrar con otro mito. Para que la meditación nos sirva nuestra responsabilidad es hacérnosla fácil por lo que utilizaremos los recursos que particularmente nos ayuden a entrar en conexión con nosotros mismos. A cada persona le servirán unas cosas y no otras y también habrá personas que no necesiten absolutamente nada para meditar. Ni la música, ni el incienso, ni el silencio, ni las velas ni nada que invite a la calma es absolutamente necesario. Sólo son recursos que facilitan la meditación.

Hay que meditar durante largos periodos

Esto tampoco es cierto porque con unos 5 minutos puede ser suficiente. Es recomendable practicarla todos los días pero tampoco es imprescindible hacerlo a diario para que nos sirva.

Espero que estas palabras te faciliten ver la meditación con otros ojos, que experimentes con ella si nunca lo has probado y/o que te ayuden a mejorar en tu práctica meditativa a partir de ahora.