Permiso para sentir
Con frecuencia nos retiramos permisos, uno de ellos es el permiso a sentir, sea lo que sea. Experimentar odio, envidia, rabia, dolor, tristeza, celos… es absolutamente normal y todos, sin excepción, los sentimos en uno u otro momento. Sólo se convierten en inconveniente cuando nos quedamos fijados en ellos más allá de lo necesario. A veces podemos quedarnos pegados a un sentimiento precisamente por no darnos permiso auténtico para sentirlo y expresarlo, con todas sus consecuencias.
TODAS las emociones son legítimas, todas forman parte del espectro emocional y una de las claves para tener una vida más plena y satisfactoria no pasa por evitarlas sino por experimentarlas, porque eso nos hace más humanos. No hay nada peor para nuestro bienestar psíquico que negarnos LA VERDAD de lo que sentimos. Ése es también uno de los muchos secretos de la psicoterapia: dar permiso para sentir, para expresar, para hacer y, en definitiva, para SER.